El 8 de marzo es una fecha muy importante que conmemora la lucha de la mujer por su participación en la sociedad como un sujeto libre y de derecho. Esta lucha histórica se ha llevado a cabo en una inmensa variedad de contextos y de diversas maneras de acuerdo a todas las mujeres que la han encarnado en el mundo.
Uno de estos contextos sobre el cual es fundamental alzar la voz consiste en el de las mujeres indígenas en la Sierra Nevada de Santa Marta. La lucha de las mujeres indígenas no solo es un componente integral del movimiento feminista global, sino también una llamada a la acción para abordar desigualdades culturales, históricas y estructurales que enfrentan. Escuchar sus historias y demandas contribuye no solo a una comprensión más completa de la diversidad de las experiencias femeninas, sino también a fortalecer la solidaridad entre mujeres de distintos contextos.
De acuerdo con Maira Alejandra Bolívar Malo, docente Wiwa de primaria en la Institución etnoeducativa técnica kanzasinamke, licenciada en educación y estudiante de una maestría en pedagogía, el rol de la mujer dentro de la cultura tradicional es fundamental porque la figura femenina representa la tierra, y un sostén tanto para el hombre como para su comunidad y el hogar. Maira destaca la importancia que tienen las Sagas en la comunidad Wiwa como mujeres sabias que portan y protegen el conocimiento ancestral siendo orientadoras del pueblo y la comunidad. Asimismo, las mujeres son las que principalmente realizan las tareas del cuidado, desde el cuidado de los hijos y el hogar, hasta el cuidado del ambiente, la naturaleza en el caso de las mujeres indígenas.
Sin embargo, Maira percibe que a través de la perspectiva occidental se ha introducido una concepción de la mujer como un ser más pasivo y hay una baja conciencia de que la mujer es un sujeto de derecho. Hay cierta desmotivación frente a la educación de la mujer, bien sea una educación occidental o tradicional, debido a esta perspectiva que viene de la cultura occidental en la que la mujer debe “rendir cuentas” al hombre, o “pertenecer” a su marido una vez se case con él, además Maira explica que el abuso y los matrimonios a edades tempranas se encuentran, en muchos casos, normalizados. Maira explica la necesidad de fortalecer las formas en que se transmiten enseñanzas de autoestima y autocuidado a niños y niñas para que ellas sean capaces de validar y marcar sus propios límites, mientras que ellos realmente aprendan a respetar estos límites puestos por ellas.
Teniendo en cuenta la situación, a Maira le encantaría trabajar en equidad de género y autoestima en las niñas para que puedan decidir con quién estar, o tengan mayor libertad en su elección de cuándo casarse. Y aunque la idea de romper con el patrón de los matrimonios a temprana edad pueda parecer en contra de la tradición, Maira considera que la educación es la mejor herramienta que se les puede brindar a niños y niñas para desempeñarse y crecer así sea en un ámbito occidental o desde la misma sabiduría tradicional, y cambiar la brecha existente entre los hombres y mujeres indígenas presentes en puestos de participación comunitaria.
Maira considera un gran logro la existencia de una dependencia en la Organización Wiwa yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona liderada por una mujer, y que la voz femenina pueda tener mayor valor e impacto dentro de la vida comunitaria.
Por Laura Dib